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16 de agosto de 2017

"Ni en sueños"


Por Juan Hernández



Cualquiera que gaste un poco de su tiempo en escribir, sabe que existen pequeños trucos para conseguir sus objetivos: mejorar la comunicación mediante el arte de elegir las palabras y frases adecuadas afilando el lápiz y el ingenio para intentar tocar la fibra sensible del lector; de ese modo, somos más cercanos y lo escrito puede perdurar en la memoria de las personas que nos leen e incluso llegar a hacer pensar a más de uno o una en alguna posibilidad que no había tenido en cuenta sobre el tema escrito.


En definitiva, se trata de escribir abriendo el corazón, colocando nuestros propios sentimientos a flor de piel y esperando que sea contagioso, una empresa nada fácil ya que parece que en los tiempos que corren, ya está todo dicho e inventado, organizado y clasificado sin que parezca pertinente que nadie ose a decir algo nuevo o desde una perspectiva diferente que pueda abrir esas mentes, a veces atrofiadas por los que ponen todo su empeño en mantener un país de borregos donde ejercitar el intelecto de forma individual sea un lujo inusual.

Lo malo de todo esto, es que a menudo parece que predica uno en el desierto intentando comunicar con dunas y piedras.

El problema radica principalmente en que con tanta inventiva para que la gente no piense, se vuelve contradictorio que te digan lo contrario y te tachan de radical si osas levantar el dedo para decir que no estás de acuerdo y de vete a saber qué si encima se te ocurre decirlo en voz alta o por escrito para intentar que la gente despierte.

Una buena casa, un buen coche y comer con la familia en un buen restaurante al menos una vez a la semana, parece ser el objetivo de cualquier ciudadano medio español. Seguridad ciudadana para poder disfrutarlo en paz y aceptar que la función casi principal de un político es “ponerse las botas” mientras dure su legislatura, siempre y cuando, la dicha del político no repercuta en los objetivos antes expuestos.

Es muy simple, ¿No? Pues así funciona la cabeza del español medio y os ruego que antes de que me sometáis a torturas e injurias, recapacitéis justamente sobre este tema, razonando no solo en vosotros mismos, sino también en la gente que conocéis independientemente de su credo, raza o afinidades políticas.

La otra cara de la moneda y que todos conocemos muy bien, es que para conseguir esos objetivos, como no tenemos el dinero suficiente aún con un buen trabajo, recurrimos al sr. banquero para que nos hipoteque hasta las cejas y de por vida pero con buen criterio y aceptación por nuestra parte, ya que conseguiremos lo que queremos.
Resultado de imagen de paroAhora bien, la cosa se complica cuando te quedas sin trabajo, ese en el que llevabas toda tu vida y de repente la empresa ha cerrado o ha prescindido de ti, pobre hormiga insignificante que se va al paro con la esperanza de volver en un futuro no muy lejano a la posición social en la que tan ricamente te encontrabas.
Más se complica aún, cuando pasados unos años tu situación no mejora, tus hijos crecen y tampoco encuentran trabajo, al menos uno digno que te permita, no pagar una hipoteca o la letra del coche, sino simplemente llenar la nevera y que te dure así hasta final de mes, algo cada vez más demandado por el pueblo español.

Con suerte, puedes encontrar un “trabajo” en el que sabes a la hora que entras pero no a la que sales, cobrando una miseria que con mucha, muchísima suerte, puede rondar los 1000€ mensuales, eso sí, olvídate de pagas extraordinarias y derechos del trabajador, que eso se perdió hace ya tiempo.

La guinda del pastel, la colocan los eruditos europeos que hoy mismo proclaman que la crisis en España es cosa del pasado. No puedo hacer otra cosa que recordar al Sr. Aznar cuando decía: “España va bien” mientras todos nuestros sueños se iban directamente por el retrete y a marchas forzadas.



Entre tanto, una huelga de agentes de la seguridad en el aeropuerto que cobran la mitad que hace unos años importuna a los afortunados españolitos que aún tienen para irse de vacaciones, en Barcelona los radicales arremeten contra el turismo ante la enfadada opinión pública que parece no saber que el sueldo de las camareras de piso de muchos hoteles ha bajado a 2€ la hora, contratos basura donde tantas horas trabajadas no se corresponden con los sueldos de chiste que cobran miles de personas que en su día estaban en la franja de españolito medio, con su casa y su coche y sus hipotecas ahora ejecutadas para dejarlos con una mano delante y otra detrás.

Bueno... tampoco hay que poner el grito en el cielo, a fin de cuentas, siempre ha habido y habrá ricos y pobres, solo que al parecer estos últimos, crecen de una manera como nunca se había visto antes en este país en tiempos de paz.

Los ricos por el contrario, cada vez con más dinero y más poder y más numerosos. Recordad que ya en el año 2015 el objetivo del año de ventas de Ferrari España se había cumplido en el mes de Marzo, un dato un tanto significativo para las contradicciones de sueldos más bajos y empresarios más ricos en un país que no es Uganda (tampoco Venezuela).

Pero bueno, como lo que mejor se nos da en la vida a los españoles es demostrar una y otra vez las inmensas tragaderas que tenemos, pues ponemos en marcha la iniciativa de no hacer nada y de no hablar de estos asuntos para que no nos llamen radicales.

Es posible que dentro de poco esos afortunados de hoy que esperan las largas colas en los aeropuertos para irse o volver de vacaciones, les llegue el día en que tampoco puedan disfrutar de ellas y de ese modo no les importunarán esos impresentables radicales que se ponen en huelga y les joden la ida o la vuelta.

Es muy posible , que dentro de poco, muchas de estas personas que todavía no han visto ni vivido la horrenda situación a la que se ven sometidos muchos y que se expande como un virus, sea desahuciado por no poder pagar la hipoteca de su preciada casa porque ha perdido su trabajo y de ese modo, entenderá los motivos de los que se ponen en huelga reclamando derechos básicos, justicia y dignidad.

Igual llega el día, en el que no se necesite tocar fondo para comprender a los que sí lo han hecho y entender que nadie queda exento, y mucho menos en un país como el nuestro, donde la fraternidad, la consciencia y el sentido común brillan por su ausencia en una amplia mayoría que está claramente sometida y abducida por los brillantes tipos que siguen controlando todo lo que nos rodea sin excepción.

Fdo: Juan Hernández

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