Mucho se ha escrito sobre el 15M,
sobre su significado y sus enormes dimensiones alcanzadas por gran parte de una
población que estaba al margen de la política. Poco después, con la irrupción
de Podemos, también mucha gente estuvo atenta, salió a la calle y se llenaron
de esperanza muchos corazones, muchas vidas en definitiva, que por una vez
podían contemplar un cambio político muy positivo para mejorar las desdichas
tantas y tantos y devolver lo que nunca debió estar en manos de impresentables:
la economía de un país que es en definitiva, nuestra propia economía.
Pero después de una intensa batalla donde varios
millones de personas alzaron el puño y protestaron durante varios años, parece
que el fuelle se desinfla, da la impresión que buena parte de esas personas han
entendido que de poco o nada sirve luchar contra esa casta que se aferra a sus
posiciones y que no está dispuesta a ceder ni un milímetro para poner en riesgo
su preciado bienestar a costa del sufrimiento y las penalidades de muchos.
Está claro que la ley está de su
parte, vemos demasiado a menudo como estos chorizos, en su mayoría
incompetentes, salen impunes de los juzgados, los fiscales haciendo lo
contrario que atañe a su trabajo, en lugar de atacar defienden a estos
individuos, con toda la pomposidad de unas instituciones que nos devuelven una
y otra vez al siglo XV, donde el que manda, manda y los demás a callar y sin
derechos.
Los que roban millones no les pasa nada y los que sustraen una gallina a la cárcel, como bien reflejaba esa famosa viñeta que casi todos hemos podido contemplar. Las leyes están anticuadas, pero nadie con el poder suficiente le pone remedio para rectificarlas. Leyes y productores de leyes, viviendo en la edad medieval, mientras el pueblo prueba un nuevo peligro del que nadie parece hablar o darse cuenta: la gente se acostumbra a esto y deja de ser importante.
Vivimos un enredo político tan infantil, que hasta un
niño de 10 años que no estuviese contaminado por los medios de desinformación,
lo vería muy claro.
Un PP corrupto, podrido y
detestable que, inexplicablemente le siguen apoyando millones de personas.
Roba, miente, desmantela todo lo que pueda tener un ápice de honradez... vamos,
la joya de la corona.
Un Cs que se aferra a la mano del PP y le apoya en
todo si ningún tipo de vergüenza. Engaña descaradamente a sus votantes en las
campañas y nadie dice nada, nadie se enfada.
Un Psoe que secuestran ante la pasividad de sus
militantes, que es supuestamente rescatado y que sigue en las mismas: me muevo
poquito para que nadie me vea, no tomo ninguna decisión importante por si me
equivoco y no me arriesgo en hacer lo que debo por si pierdo votos. La
militancia de este partido sigue ausente pese a las graves consecuencias.
![Resultado de imagen de podemos congreso](https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/deb/7b5/deb7b5840b8f8656bbca8c9778a32f58/ovacion-al-rey-menos-podemos-las-urnas-catalanas-y-la-soledad-de-pedro-sanchez.jpg?mtime=1498655888)
NOTA: Venezuela bien, sigue igual, no os preocupéis.
La guinda del pastel es colocada con maestría por la
gran masa “erudita” de personas que piensan que todos los políticos son
iguales.
Lo que al parecer la gran mayoría del pueblo no llega
a entender es que está en nuestra mano ese cambio y es enormemente fácil, solo
hay que apagar la TV, no leer la prensa ni oír la radio e ir a las urnas cuanto
toque y votar al partido correcto.
Solo con esto y unos cuantos años, podremos ver cómo
ese cambio es fructífero, mejoraría la vida de la mayor parte de los ciudadanos
y nos podríamos consolidar como un país “normal” ante el resto del mundo y
quizás podríamos decir con orgullo a los cuatro vientos, que los políticos que
votamos, no nos roban.
Para los incrédulos, si no ocurre esto, no les votéis
otra vez, así de sencillo.
Fdo: Juan Hernández.
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