El Voto del miedo
Que fácil resulta a veces, manejar la opinión de las personas. Los políticos afincados en sus cómodos sillones de piel, desde sus despachos ostentosos pagados con nuestro dinero, juegan a una especie de “Monopoli”, donde el poder es todavía más importante que el dinero.
La irrupción de Podemos en el panorama político español, ha generado fuertes e importantes miedos a perder esta forma de vida profesional, ese nido de víboras que se aferran con uñas y dientes, tienen los día contados, y pese a que jamás lo confesarían, son totalmente conscientes de ello.
Todos los españoles tenemos conocimiento de los multitudinarios casos de corrupción, mentiras, soberbia y de como se puede, desde este poder, poner de rodillas a una buena parte del país ante la pasible mirada de los que cogen un micrófono y nos hablan desde Marte, que debe ser el país al que ellos se refieren cuando dicen que todo marcha bien.
Desahucios, injusticias, pobreza, salarios deshonrosos, falta de protección de los trabajadores, familias enteras sin ningún tipo de ingresos, venta masiva de nuestro patrimonio en forma de privatización, sin pedir permiso, sin preguntar siquiera a la gente si está de acuerdo o no. Tantas y tantas cosas que han hecho y siguen haciendo por tener un carnet de político y un montón de papeletas con su nombre en una urna.
Hemos visto también la campaña del miedo contra el cambio que han intentado sembrar, en en muchas personas lo han conseguido. Una campaña de desprestigio sin igual, que aún le queda casi un año para terminar. Lo curioso, es que no han entendido el significado de Podemos, no han entendido que este partido no se basa en unos líderes, sino en una ciudadanía en pie cansada de que le tomen el pelo, la engañen, la maltraten y se rían de ella.
Podemos, no es Pablo Iglesias, no es Errejón, ni Monedero, ni Bescansa, ni Luis Alegre, Podemos es un pueblo indignado que quiere tomar las riendas de su futuro, del de sus hijos y sus nietos. Tomar el control del país que nos han arrebatado con una supuesta democracia que brilla por su ausencia.
En lugar de entender esto, populares ( los auténticos populistas) y socialistas (la supuesta izquierda), cargan contra cuatro personas que lo único que han hecho es poner en orden el descontento general de un país que se merece mucho más de lo que nos dan. Les acusan de bolivarianos, de estar con Venezuela (un país que el 99% de la gente de Podemos, no ha visitado nunca), de estar con Eta, de supuestas irregularidades en contratos, facturas, empresas y demás. Llama mucho la atención, que gente que lleva la corrupción en sus venas, en su partido y hasta en su casa, hable de un Podemos corrupto. Tiene gracia, que una política corrupta, que tiene por objetivo beneficiar a un conjunto de amiguetes, corruptos también, pisando las cabezas de quienes sufren sus consecuencias, intenten ensuciar el nombre de Podemos.
Pero lo que es lamentable, es que haya gente que todavía les crea, que les siga, que les vote...
Desde la moderación, puedo entender que los que se benefician directamente de sus fechorías, no cambien de bando, que defiendan sus intereses, pues solo se les podría culpar de egoístas y de una falta grave de solidaridad. Pero lo triste y a la vez difícilmente aceptable, es la gente humilde que les sigue apoyando, gente honrada, que en su vida han robado nada ni le han causado daño a nadie; gente que, bien por ignorancia o por creerse la estúpida campaña del miedo al cambio, no se deciden a romper el hilo que les une a los partidos viejos, corruptos y casposos. ¿Miedo de qué? Les preguntaría. ¿Realmente podemos tener miedo a recuperar las instituciones e imponer el sentido común?
Somos los propios ciudadanos los que decidiremos, no quien nos gobierna, sino la forma de hacerlo, que es muy diferente. No se trata de poner una fe ciega en un señor durante otros cuatro años, eso ya sabemos que no funciona. Se trata de movilizarnos y participar en ese cambio, como políticos o como ciudadanos, porque no habrá diferencia, porque nunca debió haberla.
La irrupción de Podemos en el panorama político español, ha generado fuertes e importantes miedos a perder esta forma de vida profesional, ese nido de víboras que se aferran con uñas y dientes, tienen los día contados, y pese a que jamás lo confesarían, son totalmente conscientes de ello.
Todos los españoles tenemos conocimiento de los multitudinarios casos de corrupción, mentiras, soberbia y de como se puede, desde este poder, poner de rodillas a una buena parte del país ante la pasible mirada de los que cogen un micrófono y nos hablan desde Marte, que debe ser el país al que ellos se refieren cuando dicen que todo marcha bien.
Desahucios, injusticias, pobreza, salarios deshonrosos, falta de protección de los trabajadores, familias enteras sin ningún tipo de ingresos, venta masiva de nuestro patrimonio en forma de privatización, sin pedir permiso, sin preguntar siquiera a la gente si está de acuerdo o no. Tantas y tantas cosas que han hecho y siguen haciendo por tener un carnet de político y un montón de papeletas con su nombre en una urna.
Hemos visto también la campaña del miedo contra el cambio que han intentado sembrar, en en muchas personas lo han conseguido. Una campaña de desprestigio sin igual, que aún le queda casi un año para terminar. Lo curioso, es que no han entendido el significado de Podemos, no han entendido que este partido no se basa en unos líderes, sino en una ciudadanía en pie cansada de que le tomen el pelo, la engañen, la maltraten y se rían de ella.
Podemos, no es Pablo Iglesias, no es Errejón, ni Monedero, ni Bescansa, ni Luis Alegre, Podemos es un pueblo indignado que quiere tomar las riendas de su futuro, del de sus hijos y sus nietos. Tomar el control del país que nos han arrebatado con una supuesta democracia que brilla por su ausencia.
En lugar de entender esto, populares ( los auténticos populistas) y socialistas (la supuesta izquierda), cargan contra cuatro personas que lo único que han hecho es poner en orden el descontento general de un país que se merece mucho más de lo que nos dan. Les acusan de bolivarianos, de estar con Venezuela (un país que el 99% de la gente de Podemos, no ha visitado nunca), de estar con Eta, de supuestas irregularidades en contratos, facturas, empresas y demás. Llama mucho la atención, que gente que lleva la corrupción en sus venas, en su partido y hasta en su casa, hable de un Podemos corrupto. Tiene gracia, que una política corrupta, que tiene por objetivo beneficiar a un conjunto de amiguetes, corruptos también, pisando las cabezas de quienes sufren sus consecuencias, intenten ensuciar el nombre de Podemos.
Pero lo que es lamentable, es que haya gente que todavía les crea, que les siga, que les vote...
Desde la moderación, puedo entender que los que se benefician directamente de sus fechorías, no cambien de bando, que defiendan sus intereses, pues solo se les podría culpar de egoístas y de una falta grave de solidaridad. Pero lo triste y a la vez difícilmente aceptable, es la gente humilde que les sigue apoyando, gente honrada, que en su vida han robado nada ni le han causado daño a nadie; gente que, bien por ignorancia o por creerse la estúpida campaña del miedo al cambio, no se deciden a romper el hilo que les une a los partidos viejos, corruptos y casposos. ¿Miedo de qué? Les preguntaría. ¿Realmente podemos tener miedo a recuperar las instituciones e imponer el sentido común?
Somos los propios ciudadanos los que decidiremos, no quien nos gobierna, sino la forma de hacerlo, que es muy diferente. No se trata de poner una fe ciega en un señor durante otros cuatro años, eso ya sabemos que no funciona. Se trata de movilizarnos y participar en ese cambio, como políticos o como ciudadanos, porque no habrá diferencia, porque nunca debió haberla.
Si nos quieren plantear seriamente que no estamos preparados, es para ponerle miles de velas a San Benito. Por Dios... ¿Preparados para qué? ¿Para hacerlo un poquito mejor que los que estáis ahora o los que estuvisteis antes? Quizás haya gente que piense que los políticos de raza han estudiado cosas que no se enseñan en las universidades, que están dotados de algún chip en el cerebro que los pone por encima a los demás.
Como muy bien decía Arturo Pérez Reverte, ¿Como puede un político necesitar más de 300 asesores? Me imagino una empresa que contrate a un gerente que necesite cientos de asesores para hacer su trabajo, todos amiguetes, claro, y que les pague los sueldos la propia empresa. Una medida muy del Partido Popular, sería privatizar el gobierno, que es casi lo único que les queda (Si le damos tiempo, son muy capaces de terminar proponiéndolo). A lo mejor a estos individuos les parece muy descabellado poner en esos puestos a gente con capacidad para desarrollar un trabajo concreto, en lugar de pedir ayuda a cientos de personas. A lo mejor, es que si se hace bien, su estatus de “vivo como Dios y hago lo que me da la gana” no se tiene de pié.
Pero claro, nos da miedo, vaya a ser que votemos a corruptos. Pero es que corruptos ya tenemos para venderle a un montón de países, de hecho, podríamos exportar corruptos a los 5 continentes y tener todavía los suficientes para que nos sigan robando el pan. Y estos señores, habitan en las instituciones, deciden por nosotros y nos roban de un plumazo nuestro futuro.
Pero volvamos por un momento con los bolibarianos, los amigos de Venezuela, los antisistema, los radicales de izquierdas, el sr. Iglesias, Echenique, etc., nuestros eurodiputados, que se han ganado el respeto a pulso de toda Europa, excepto de quienes siguen enconados en que nada cambie, hermanos y primos corruptos de élite casposa e inútil que necesita cientos de consejeros que les ayuden a pensar.
Solo un griego se ha necesitado, para que la Troika se tambalee, solo un gobierno que defiende a sus ciudadanos por encima de los bancos y los poderosos, ha sido capaz de enfrentarse a ellos, imaginad por un momento cuando se unan España, Irlanda, Portugal... ¿Miedo?, no, amigos míos, no es miedo lo que debemos tener, sino todo lo contrario: esperanza de que por fin exista una luz en el túnel que no sea la del tren que viene a arrollarnos, como decía el sr. Sardá la otra noche.
Es de máxima importancia que disipemos ese miedo, que le hagamos una contra-campaña al PPSOE, que ya van de la mano como siempre lo han hecho. Y si no, siempre nos queda la frase del Gran Wyoming, refiriéndose a Podemos: Peor que los que están ahora, no lo pueden hacer, eso seguro.
Como muy bien decía Arturo Pérez Reverte, ¿Como puede un político necesitar más de 300 asesores? Me imagino una empresa que contrate a un gerente que necesite cientos de asesores para hacer su trabajo, todos amiguetes, claro, y que les pague los sueldos la propia empresa. Una medida muy del Partido Popular, sería privatizar el gobierno, que es casi lo único que les queda (Si le damos tiempo, son muy capaces de terminar proponiéndolo). A lo mejor a estos individuos les parece muy descabellado poner en esos puestos a gente con capacidad para desarrollar un trabajo concreto, en lugar de pedir ayuda a cientos de personas. A lo mejor, es que si se hace bien, su estatus de “vivo como Dios y hago lo que me da la gana” no se tiene de pié.
Pero claro, nos da miedo, vaya a ser que votemos a corruptos. Pero es que corruptos ya tenemos para venderle a un montón de países, de hecho, podríamos exportar corruptos a los 5 continentes y tener todavía los suficientes para que nos sigan robando el pan. Y estos señores, habitan en las instituciones, deciden por nosotros y nos roban de un plumazo nuestro futuro.
Pero volvamos por un momento con los bolibarianos, los amigos de Venezuela, los antisistema, los radicales de izquierdas, el sr. Iglesias, Echenique, etc., nuestros eurodiputados, que se han ganado el respeto a pulso de toda Europa, excepto de quienes siguen enconados en que nada cambie, hermanos y primos corruptos de élite casposa e inútil que necesita cientos de consejeros que les ayuden a pensar.
Solo un griego se ha necesitado, para que la Troika se tambalee, solo un gobierno que defiende a sus ciudadanos por encima de los bancos y los poderosos, ha sido capaz de enfrentarse a ellos, imaginad por un momento cuando se unan España, Irlanda, Portugal... ¿Miedo?, no, amigos míos, no es miedo lo que debemos tener, sino todo lo contrario: esperanza de que por fin exista una luz en el túnel que no sea la del tren que viene a arrollarnos, como decía el sr. Sardá la otra noche.
Es de máxima importancia que disipemos ese miedo, que le hagamos una contra-campaña al PPSOE, que ya van de la mano como siempre lo han hecho. Y si no, siempre nos queda la frase del Gran Wyoming, refiriéndose a Podemos: Peor que los que están ahora, no lo pueden hacer, eso seguro.
Juan Hernández
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